La ciudad colonial de Saint Louis está situada en una diminuta isla (apenas dos kilómetros de largo y unos 400 m de ancho) en el Río Senegal, muy cerca de su desembocadura en el Atlántico y separado del mismo por la Langue de Barbarie, una “lengua “ de arena habitada por dos pequeños barrios. Su peculiar situación geográfica la ha llevado a ser conocida como la “Venecia africana”. Siete años antes de que yo naciese, otros ya se dieron cuenta de su belleza y desde entonces forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Los oriundos de este rincón de Senegal son igualmente bellos por dentro y por fuera: amables y hospitalarios con los visitantes; con rostros suaves y risueños. Uno de ellos me invitó a tomar té de la manera tradicional senegalesa, es decir en tres fases. El té más propio de Senegal es el té verde. El ritual incluye tomar un primer vaso tal cual, con mucho azúcar para endulzar nuestro cuerpecitos. Después añaden hierbabuena al segundo vaso. Y el último se tom...
Blog de viajes. Nuestra mascota, la marioneta Pumuky, recorre el mundo, y aquí nos cuenta sus travesías y da algunos consejos.