¿Os acordáis? Veníamos desde los pueblos de la Arquitectura Negra de Guadalajara, y el GPS nos perdió. Eso sí, nos metió por una de las carreteras más bonitas jamás soñada. Tras comer en Majaelrayo, y ya con la indicación buena, volvemos al camino, hacia Castilla y León.
Es curioso, íbamos por una preciosa carretera de monte, y de pronto, una señal de mirador, y vemos casi un precipicio: desde arriba de la montaña, vemos una bonita bajada, toda la llanura castellana de fondo y en primer plano, un robledal con una laguna azul en medio. Como la carretera nos lleva hasta allí, no podemos evitar parar. Es el Embalse de Riofrío.
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