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Arquitectura Negra II: Umbralejo

Nuestra siguiente visita es un pueblo con horario de apertura, sí, sí, con horario de apertura.
Cuando se lo dijimos a unos amigos nos preguntaron que si es que quitaban las calles, o es que sólo vivía la gente en horario comercial. Pues no. Resulta que Umbralejo, que es el pueblo del que hablamos, es un pueblo que quedó desierto allá por los años sesenta, y que desde los ochenta están recuperando los ministerios de Agricultura, Educación y Fomento.
Y decir que es de agradecer el trabajo, porque Umbralejo es uno de los lugares más bonitos que jamás he visto.
Nosotros llegamos a Umbralejo por la Gu-211 en dirección a Valverde de los Arroyos. Nada más entrar nos desviamos y en seguida llegamos a la entrada del pueblo, que es donde hay que aparcar, porque están prohibidos los coches. Allí vemos el horario de apertura: de seis a ocho de la tarde de abril a septiembre (sábados y domingos de doce a dos y de seis a ocho); de octubre a marzo, lunes a viernes de cuatro a ochos (sábados, domingos y festivos de cuatro a seis).
Bueno, decir que en realidad nosotros llegamos por la mañana, nos cruzamos con varia personas y nadie nos dijo nada. Este horario ha de ser, sobre todo, orientativo. Supongo que es cuando están los talleres en marcha y se puede ver todo el pueblo, incluidos los interiores. Pero eso no impide, al menos a nosotros no nos impidió, una amplia visita por él.
Para empezar, nos impresionó el espectacular paisaje natural de la sierra de Guadalajara, con el majestuoso pico Ocejón siempre presente en el horizonte. Umbralejo, escondido en un bosque de pinos silvestres y algunas encinas y melojos.
Luego está la arquitectura negra. Se trata de una arquitectura característica de esta zona, basada en la construcción a base de pizarra, el material que sirve de cubiertas a las casas y a cualquier otra clase de construcción. Lo extraen del entorno natural, y lo trabajan con paciencia. Son estas grandes lajas pizarrosas las que dan color a los pueblos y nombre a esta arquitectura popular. Las construcciones se encuentran apiñadas entre sí en un todo continuo, formando conjuntos de una calidad plástica inimitable.
Sobre Umbralejo, decir que en la década de los sesenta sufrió una fuerte emigración y quedó totalmente abandonado. Menos mal que en 1984 el pueblo entró a formar parte del programa de recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados. En 1971 el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) expropió a sus habitantes sus edificios y terrenos. Desde 1984 se encuentra integrado en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados, promovido por los ministerios de Agricultura, Educación y Fomento, lo cual ha provocado que actualmente se encuentre reconstruido y sea utilizado para campamentos de verano.
La reconstrucción ha hecho posible la conservación de las casas levantadas a base de pizarra y barro, siguiendo el estilo de la arquitectura negra. Umbralejo posee aproximadamente unas setenta edificaciones, dicen que las mismas del siglo XVIII, entre casas, pajares y otras edificaciones, ahora perfectamente rehabilitadas como alojamientos, aulas, comedores, talleres o almacenes de herramientas y materiales. El pueblo ha pasado por sucesivas campañas de restauración, que le dan aspecto que presenta es formidable. Hoy en día parece un pueblo de cuento de hadas, con rincones de ensueño a cada paso. Las sucesivas restauraciones han podido alterar la arquitectura original de la población, pero han mantenido la esencia y el resultado es fabuloso.
El lugar está magníficamente terminado, sin lujos fuera de sitio, sin antenas de televisión, sin cables ondeando en las alturas, sin vehículos que eliminen la sensación de ser transportado a otra época en que la pizarra y la cuarcita, la tierra, los árboles y el cielo eran el único decorado. Forman un escenario digno de la mejor ambientación cinematográfica de cualquier siglo pasado. Pero no es un decorado: es de verdad y está vivo. Especialmente cuando en sus talleres, aulas o comedores resuenan las voces jóvenes de una infantil población temporal que ha de venir a paraísos como este para conocer que había y puede haber otras formas de vivir diferentes a la veloz urbe sin rostro.
En la población no se encuentran los servicios típicos para el turista, ya que no es esa la función que el pueblo cumple. No hay hoteles, restaurantes o tiendas, solo el pueblo en toda su pureza. Hay un horario de visitas para turistas y se intenta que estos no interfieran con la actividad principal del lugar: la educación. Y como actividad educativa ha de considerarse una visita turística a Umbralejo y por tanto ha de extremarse el cuidado.
Sólo hay un edificio sin restaurar, el de la iglesia. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Natividad. Tras la despoblación del pueblo, fue comprada al Obispado de Guadalajara por un anticuario, quien ejerció un saqueo sistemático de los retablos, los objetos litúrgicos y las lapidas de las tumbas del cementerio anexo. Mientras la iglesia fue de su propiedad, se permitió a los grupos de trabajo limpiar y adecentar el cementerio y el interior. Pero cambió de nuevo a otro dueño, quien la compró con ánimo de especular. En la actualidad parece que va a ser cedida al proyecto de recuperación de pueblos. Pero hoy está vallada, con el tejado caído y el cementerio prácticamente invadido por las malas hierbas.

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