A Vina (Vilnius, capital de Lituania), le comparan mucho con Cracovia por su elevado número de iglesias. Das una patada a una piedra y no aparece una, sino tres o cuatro. Las hay de todas las formas, tamaños y colores. Incluso, las hay apuntaladas a punto de caerse al suelo.
Si visitas el Báltico, compra los regalos en Vilna. En los tres países hay los mismos productos, pero en Lituania son infinitamente más baratos. Incluso tomar una caña o comer en la plaza principal de la ciudad, junto al Ayuntamiento, es bastante barato, si lo comparamos con los precios en España.
Al margen de las iglesias, merece la pena un paseo alrededor del río, empezando quizás por la catedral, para terminar subiendo al anochecer al mirador de la ciudad. Allí llama la atención encontrarse en verano a cientos de jóvenes haciendo lo propio de botellón. Y es que en estos países saben apreciar la cerveza.
Por cierto, no visites Lituania si no te gusta el baloncesto.
Al margen de las iglesias, merece la pena un paseo alrededor del río, empezando quizás por la catedral, para terminar subiendo al anochecer al mirador de la ciudad. Allí llama la atención encontrarse en verano a cientos de jóvenes haciendo lo propio de botellón. Y es que en estos países saben apreciar la cerveza.
Por cierto, no visites Lituania si no te gusta el baloncesto.
La cerveza del día en Vilna es la
Utenos
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Más información sobre Estonia, Letonia y Lituania, en el blog amigo El Rincón de Díkaios.
Por cierto, si quieres fotos curiosas de Vilna, aquí.
Jaaa primo, que soy la Meri.
A que salgo fantástica y maravillosa en la afoto?