Camino de Santiago II: Espinal


Espinal es el pueblo al que acudía Ernest Hemingway días antes de San Fermín. Allí pescaba trucha en el río Irati. Sus vivencias en este rincón del Pirineo quedaron reflejadas en su novela "Fiesta", publicada en 1926.
Pasamos Espinal, pueblo del que primero nos llama la atención esa iglesia rara, tan nórdica, con un tejado gigante de pizarra a dos aguas, en el que se abren varias ventanas abuardilladas. Es de 1961
Espinal es un pueblo-calle de los Pirineos, por la que pasa el Camino de Santiago. Es una única calle, pero tremendamente cuidada, con caserones vascos preciosos, de vigas de madera, enormes, repletos de plantas.
Ese día no dormimos en albergue, sino en un camping. Vamos para allá. Después damos una vuelta por el pueblo. Resulta que están de fiesta, y nos encontramos con unos gigantes y cabezones muy vistosos. Nos hacemos fotos con ellos. Lástima que se perdieran. Las fiestas de San Bartolomé comienzan el 24 de agosto, y todavía duraban. Como las fiestas son en honor a este santo nos vamos a ver si iglesia.
También nos da tiempo a ver, en un parque en cerro junto al cementerio, estelas funerarias de distintos tipos y épocas. Son creaciones de arte popular que identifican las tumbas de cada casa. Se componen de un pie trapezoidal y de un disco superior decorado muchas veces por anverso, reverso e incluso por el canto. En Espinal se han recuperado y catalogado 25, que datan de los siglos XVII y XVIII, que actualmente conforman este verdadero museo al aire libre.
Cenamos bravas con jamón, y después volvimos al camping. Oye, vaya camino, lleno de babosas. Lo peor fue que tuvimos que dormir en el camping acompañados por dos guiris.
A la mañana siguiente, nos levantamos a las siete de la mañana, y no tenemos desayuno. Por la calle de Espinal, la gente sigue de fiesta. Unos chavales nos preguntan de dónde somos y gritan aquello de "gora Toledo independiente". Quedan bastantes borrachos.
Al salir de la llanura del pueblo, empezamos a subir por colinas. Nos encontramos puertas al Camino. Son puertas para evitar que el ganado se escape de las fincas. Hay muchas vacas. Según amanece, fotografiamos muchos caballos. Es todo precioso. Por allí desayunamos, y comenzamos a ver gente, mucha.

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