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Feria de Albacete

El final del verano es en muchos puntos de Castilla-La Mancha el momento de sus fiestas y celebraciones. Entre todas ellas, vamos a destacar una feria, que es realmente impresionante y destaca, yo diría, a nivel nacional, por sus celebraciones y la abundancia de gente. Se trata de la Feria de Albacete, que desde el año 2008 es considerada fiesta de Interés Turístico Internacional (aunque allí como digas fiesta, te miran mal). Para que os hagáis una idea de la importancia de la Feria, decir que este año ha cumplido su edición XXXVI, nada menos, aunque se tiene noticias de fiestas allí desde 1200; y que tiene una afluencia de dos millones y medio de personas, que es cinco veces la población de la ciudad.
La tradición, dicen, es quedar en la Feria en el pincho. Aunque hay mucha gente, todos se encuentran allí, es muy curioso. Yo no podía ser menos.
La Feria en Albacete dura lo que está la Virgen de los Llanos, que es la patrona de la ciudad, en los redondeles o la sartén, que es el histórico recinto ferial. Normalmente es entre el 7 y el 17 de septiembre, es decir, durante diez días y once noches, en los que hay fiestas, tapas, competiciones deportivas, comidas, conciertos, de todo un poco.
A los redondeles hay que entrar, dicen, con el pie derecho, en mi caso, con el muñón. Os tengo que confesar que yo siempre me pierdo dentro, no sé cómo se orientan. Los redondeles son, deciros, el recinto ferial, donde siempre están los puestos en el mismo sitio. Y la Virgen, claro, también en su lugar. Decir que el monumento es de 1783.
¿Qué hacen ahí dentro los albaceteños? Una cosa típica es tomarse un vino dulce con un canutillo. Hay que subirse a la noria, que es enorme. Mis amigos suelen ir siempre a echar en las tómbolas de Caritas, a ver si les toca un perrito piloto, una planta o una botella de vino. Comer, me recomiendan que vayamos a comer fuera de la Feria de Albacete, a las casetas, que están en una enorme explanada. Lo típico es comer caracoles. Las casetas están ya en verano, antes de la Feria, pero en esta época, toda la avenida está llena de puestos y tómbolas.
Dentro de la feria, hay todo tipo de puestos, que te venden cuero, pulseras, libros, abalorios y, por supuesto, navajas de Albacete. Hay espacios de comida rápida y los bares de Albacete tienen allí su espacio. También, hay stands de entidades sociales comprometidas con la ciudad.
Hay que destacar la cabalgata, en la que la gente se viste de manchego, y lo viven muchísimo. A cada uno le gusta salir en su asociación. La Cabalgata de la Feria de Albacete es uno de los eventos más importantes de la Feria. Su misión es trasladar la imagen de la Virgen de Los Llanos al Recinto Ferial, culminando con la apertura de la puerta principal (o Puerta de Hierros) del recinto. La apertura se celebra por la noche desde 1909. En la cabalgata desfila del orden de un centenar de carrozas acompañadas por charangas, por manchegas ataviadas con el traje típico (de manchega, de serrana o de espigadora), por numerosas peñas y bandas de música que interpretan los temas más conocidos del panorama musical de fiestas. No faltan las típicas botas de vino y cuerda y platos de comida que se degustan durante la marcha de las peñas.
Al día siguiente, llega la Batalla de Flores. Es una cabalgata que desfila con las mismas carrozas que la cabalgata de apertura, y los albaceteños con los mismos trajes. Desfilan manchegas y manchegos con los trajes típicos o con el atuendo de las peñas. Lanzan serpentinas y confetis.
Es muy típico 'tardear', claro está, ir a la Feria por la tarde. En realidad, quedan a comer en las tascas, y después, por el mojito, que yo me lo tomé en Amnistía Internacional, un puesto muy reconocido. Es tradición también a mediatarde un miguelito de La Roda con sidra. En el templete, que es el centro de los redondeles, están los puestos de miguelitos y de sidra, entre otros. Allí la música no para nunca. A mí personalmente, me gustó más la fiesta de día que la de noche.
Decir que el miércoles es el día infantil, en el que todos los niños pueden disfrutar a un precio asequible de todas las atracciones.
Recuerdo con mucho cariño el templete de la sartén, con fiestas a todas horas. A quien le guste, que sepa que en el redondel del centro también hay vaquillas de madrugada. En la carpa de los Ejidos hay conciertos, muchos de ellos gratuitos. No quiero olvidarme de los churros con chocolate, la feria de artesanía o el desfile de caballos.
Deciros que es difícil encontrar alojamiento en fin de semana, y hay muchísima gente. Así que nos recomiendan los del lugar que vayamos entre semana. Un buen día es el 8, que es fiesta local, y si no cae en fin de semana, está muy bien de público, de gente de Albacete, pero no está tan saturado.

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